.: etapa corta pero durilla ..

Etapa 4, tras un corto recorrido hasta La Fuente, descubrimos el reto de los cabezones de Lamasón: "Cuantos pasarán que no volverán. 1625". Dicha inscripción reza bajo uno de los cabezones en el recorrido entre la bonita iglesia románica de Santa Juliana y el cementerio, refiriéndose a que muchos de los que van

camino del cementerio no volverán.
Nada más empezar la ruta tuvimos que enfrentarnos a las rampas más duras, que no las más largas. La etapa ha sido corta, pero ni el calor ni las rampitas pueden ya con nosotros. Así que, aunque veáis en el rutómetro pocos kilómetros, no os penséis que es un paseito.

Hemos acabado pronto y estamos escribiendo nuestros diarios y jugando. A la noche desfile-fiesta de pijamas.

Un abrazo para todos. Las  primeras fotos, el resto poco a poco.


Así lo vivieron Lara, Paula J. e Ismael :

Hoy  hemos  salido  de  Cades y  hemos  ido  hasta  La Casa Del Terror en Cicera. Un rato después fuimos a comer  un bocadillo de jamón serrano a un sitio dónde había animales.

Al principio la etapa parecía fácil, porque además al principio fuimos en microbuses y además  solo eran 8 kilómetros pero al final eran 3 kilómetros  de cuesta seguidos y eran muy duro, pero después fuimos cuesta abajo y ya fue más fácil, no como la de ayer que fue la etapa más difícil y más dura de todas.  

 De Lara

Hoy nos hemos despertado en un local municipal de Cades, donde los que no hicieron ruido la pasada noche durmieron arriba y los que sí, abajo.

Fuimos hacia una pista que estaba cerca de allí y tuvimos un tiempo de juego hasta que vino el autobús. Llegamos a un pueblo llamado La Fuente y vimos una iglesia en la que, al lado, había una piedra en la que ponía “Cuántos pasan que no volverán”.

Después de esa búsqueda, empezamos la caminata que en total fueron 6km. Aun así, fue una etapa dura, no tanto como otras, pero había varias subidas y bajadas.

Al final hemos llegado sanos y salvos al albergue, también llamada “La casa del terror”

De Paula J

Ha sido un día perfecto. Nos hemos levantado tras una noche de emociones fuertes, sustos y lloros. Hemos desayunado en el restaurante “Casa Mateo” galletas, cereales de dos tipos y leche con cola-cao. El principio de la etapa ha sido dura, pero la segunda parte ha sido más suave gracias a que era bajada. Hemos comido un bocata de jamón, chorizo, agua y de postre piña. Hemos llegado pronto al albergue “El Molino”. Me ha tocado en la habitación con Mario y le he ayudado a ducharse junto a Jesús. He  cazado un mosquito mientras Candela leía una carta de amor y Claudia miraba el texto que he escrito.

By Ismael